Segunda Guerra Mundial
Durante la Segunda Guerra Mundial (1914-1918), el Papa Pío XII instó a las órdenes religiosas y al clero de Roma a acoger y esconder en sus conventos y demás edificios religiosos a judíos, a fin de preservarlos del genocidio nazi; él mismo los albergó en el Vaticano y en el palacio de Castelgandofo.
Siguiendo los dictados del Papa, San Carlino cobijó en su interior a una familia judía. La peligrosidad de la situación se agravaba con el hecho de que el edificio situado justo enfrente del convento era residencia de altos oficiales del ejército alemán.
Así pues, San Carlos de las Cuatro Fuentes, al igual que otros muchos conventos y residencias del clero de Roma, bien podría tener su árbol en el Jardín de los Justos de las Naciones de Jerusalén.