Las cuatro fuentes anteriores a la Iglesia
Por una parte, San Carlino se halla en la cumbre del Quirinal, una de las siete colinas sobre las que se asentaba la antigua Roma, y recibe su nombre de cuatro fuentes artísticas construidas en el siglo XVI en ese mismo lugar.
En el siglo XVI, el Papa Sixto V quiso favorecer la orientación de los peregrinos dentro de Roma y para eso realizó, en esa zona, un trazado de calles rectilíneas y perpendiculares, al final de las cuales resituó los antiguos obeliscos traídos de Egipto por los romanos: Puerta Pía, que es uno de los antiguos accesos a la ciudad a través de la muralla Aureliana; el obelisco junto al ábside de la Basílica de Santa María la Mayor; el obelisco que está sobre las escalinatas de Plaza España; y el obelisco que está frente al Palacio del Quirinal.
Para completar la obra, el Papa mandó erigir cuatro fuentes artísticas en la encrucijada de esas calles, una fuente en cada ángulo.
Esa ubicación entre las cuatro fuentes es lo que da nombre a la iglesia y lo que la distingue de otros edificios sacros posteriores que también fueron dedicados a San Carlos Borromeo en Roma.