A la sala capitular se accede desde el primer piso del claustro. Se trata de una dependencia amplia, de forma ligeramente rectangular e iluminada por dos amplios ventanales. Está techada por una bóveda rebajada y con lunetas, que descansa sobre las cuatro paredes laterales. Las paredes y la cúpula fueron bellamente pintadas al fresco en el año 1905 por el pintor romano Luigi Goldini.
Actualmente, una librería contigua a las paredes de la sala alberga sobre sus anaqueles unos trescientos libros, la mayor parte de ellos datados a partir del siglo XIX. En el centro de la sala hay una gran mesa, entorno a la cual se sientan los religiosos de San Carlino reunidos en Capítulo Conventual.