El nivel superior
Tras el trágico suicidio de Francesco Borromini, su sobrino Bernardo completó el nivel superior de la fachada de San Carlino, manteniendo el mismo estilo arquitectónico de su tío.
Para ello, superpuso a las cuatro columnas descritas anteriormente otras cuatro, pero más cortas y estrechas. Asimismo, situó en el centro una puerta acristalada en un edículo de piedra coronado con pináculo, para iluminar el interior de la iglesia y acceder a una balconada exterior, rematada en una balaustrada semejante a la del claustro.
Culmina la fachada un gran óvalo sostenido por dos ángeles que contenía un fresco que se perdió –representando a la Virgen María coronada por la Santísima Trinidad–, así como una balaustrada semejante a las anteriores y adaptada a las líneas sinuosas de la fachada, que recorre esta de extremo a extremo.